La propuesta de diseño se basa en el interés por crear una experiencia en los jugadores desde el primer momento en que acceden al local, con la utilización de materiales propios del proceso de obra, como ladrillo, bloque de hormigón y tabiquería de cartón yeso, que dejamos a la vista y casi sin tratar, en crudo.

Esta decisión determinante para el diseño es fruto de la necesidad de optimizar los recursos del cliente, que siempre se ha mostrado abierto a propuestas que saliesen de lo estándar. Así mismo responde también al objetivo de conseguir un espacio peculiar y sorprendente, que despertase en el jugador la curiosidad por la sorpresa de qué podrá encontrar en la siguiente sala.

Todas las instalaciones discurren vistas por paredes y techo, en un claro interés de que así sea, para potenciar esa estética industrial y de proceso de obra, propia de un espacio en construcción.

Igualmente las luminarias son estancas de superficie, con la electrificación por conducciones de pvc, y la luz se tiñe en muchos puntos de los colores corporativos de la marca de la franquicia The X Door, haciendo aun más cambiante la sensación espacial.

En el largo y quebrado pasillo de distribución y acceso a los distintos juegos, los paños de pared están intervenidos con un mural de Eduardo Bermejo, artista plástico pintor que desarrolla una iconografía propia con su Línea pura, utilizando rotuladores y espray negro sobre base de pintura blanca látex.

Con ello se consigue crear un fuerte contraste entre las estancias y pasillos que los jugadores usan antes de entrar al espacio de juego, que por el contrario está perfectamente ambientado en una época y lugar relacionado con la historia que se cuenta, reforzando la inmersión de los jugadores en la acción.